Cuando me hundo en el mar

Eres el mar, siempre presente en mi vida y en mis sueños, tan lejano, pero tan cerca en mis deseos. 

Perderse en el mar, dejarse morir, ir hasta lo profundo y perecer ahogado, ¡vaya qué fácil sería! pensé, cuando aquella noche miraba una hermosa luna llena sobre las olas de Mahahual a principios de octubre del 2020.

Otro mes ha pasado, lo que hubiera sido nuestro noveno aniversario lo pasamos comiendo regular, pero al menos estuvimos juntos físicamente, aunque a años luz de nosotros mismos y de nuestro pasado. 

Te confieso aquí, donde sé que no lo leerás nunca o tal vez no en mucho tiempo, que me sorprendió tu respuesta ¿fuiste sincera? Tal vez para ambos hubiera sido mejor un NO. Entiendo tu miedo, pero tal vez ahora te toque a ti dejar de aferrarte. Me duele mucho decirlo y reconocerlo, yo ya estaba listo para el NO. No lo quería, pero lo anticipaba, y tú dijiste "quiero volver pero no se cómo" eso fue una bomba. ¿Por qué lo hiciste? ¿Aquello fue verdad o sólo otro ensueño mío? ¿Es que acaso, otra vez no sabes decir NO?

Recuerdo esa parte de ti, y siempre chocamos, el que no fueras honesta contigo misma y aceptaras que alguien se aprovechara, aquella vez una muchacha fea te pidió, casi te exigió, cambiarse de ropa para una presentación de la orquesta de Atizapán, y tú aceptaste, le diste tus mallas, la blusa y el tu-tú, con las que te veías bonita. Y a cambio recibiste, primero, sus harapos, su ropa vieja y desteñida, tal vez hasta sucia, ella se puso tus prendas y anduvo un rato presumiendo segura que se veía mejor que tú, como diciendo que no merecías lucir así, o llamar la atención, y que ella era mejor, fue una burla, y no lo entendiste, o no quisiste entenderlo; luego te regresó tu ropa y su presentación la hizo con sus prendas desteñidas, ni siquiera te dio las gracias, ni una disculpa por hacerte lucir como Rosa Salvaje por una media hora. ¡Puta vieja! y tú la dejaste humillarte, de una forma tonta o incluso infantil, más bien ambos la dejamos, porque yo no lo evité, sólo te cuestioné por qué lo hacías. 

Confío que algo así no dejes que te vuelva a pasar. Tú eres lo más importante en tu vida y en tu mundo, nadie más vivirá tu vida por ti; tampoco los dejes manejarla o que decidan por ti, no cedas el volante al destino ni a otra persona, porque cuando ambos te fallen, se lavarán las manos, y dirán que no fue culpa suya, si tuya. 

Ojalá...

 


Comentarios